Cuando reservamos la habitación a través de Expedia, vimos habitaciones grandes donde cogíamos perfectamente los 4. Reservamos 2 habitaciones, 1 para el viernes y el sábado para una familia amiga (también de 4 miembros) que viajaba con nosotros, y otra habitación para nosotros 4 para sábado y domingo.
Mis amigos cuando llegaron allí no dijeron nada porque no sabían lo que yo había reservado, pero sí les pareció que para 110€ era desproporcionado, porque nos adjudicaron una habitación de 3x3 m si llegaba.
Llegamos nosotros el sábado y no pudimos entrar a las 12:30 porque no habían terminado de limpiar, había salido un grupo grande y nos pidieron por favor, que a partir de las 13 o 13:30 nos pasasemos, por lo que optamos de hacer excursión y comer por ahí y volver luego por la tarde. Cuando vimos la habitación, alucinamos. Una cama pegada prácticamente a la pared con una mesilla de 50 cm y seguida una litera contra pared, al fondo una silla con una mesa redondita de cristal y todo, pegado prácticamente contra la cama... no pude casi ni sacar el equipaje a la habitación y me fui organizando con el matelero del coche.
Entendimos que podían haber tenido un problema y que lo notaríamos en el precio y cual fue nuestra sorpresa cuando al ir a pagar nos cobraron los 110€ y haciéndonos un favor nos regalaron el desayuno, porque ya veían que el precio era un poquito desorbitado... y que claro las habitaciones abuardilladas grandes de arriba, habían sido ocupadas por 4 adultos.